viernes, 29 de noviembre de 2013

¿EL TIPO DE PENSAMIENTO INFLUYE EN LA FELICIDAD?

     El hombre, a lo largo de toda la historia y desde que nace hasta que muere, ha buscado dar una explicación al origen del mundo al que pertenece con objeto de ordenar y clasificar la realidad para hacerla más comprensible y, también, con el fin de superar el miedo al caos y a la muerte. Esta explicación ha sido de dos tipos, mítica o racional.

     Desde el punto de vista mítico, son ciertos personajes divinizados (hechiceros, brujos, adivinos, dioses) los que, con sus acciones, dan respuesta a los acontecimientos del cosmos, de la naturaleza o del mundo humano y, desde ese punto de vista, la realidad parece algo imprevisible e imposible de comprender, y sólo cabe adorar a los dioses y hacerles ofrendas para mantenerlos a bien con los humanos, siempre temerosos de su poder.

     Desde el punto de vista racional o filosófico, se intenta explicar la realidad mediante los argumentos y la demostración, de tal forma que la realidad ya no es algo imprevisible, sujeto a la voluntad cambiante de las divinidades, sino algo ordenado que sigue unas leyes (ley de la gravedad). De esta forma la realidad se puede ordenar, es previsible y se puede conocer. 

     De los dos tipos de pensamientos descritos anteriormente, creo que es el racional, basado en la observación de la realidad y en el conocimiento de las leyes de la naturaleza, el que nos ayuda a ser más felices porque nos permite conocer el mundo de una forma más sencilla y sin el temor a los dioses, aunque, eso sí, no nos permita inventarnos un mundo idílico, más allá de la muerte, que nos salve de nuestro miedo a ser nada más que cenizas.

¿POR QUÉ ESTUDIO?

     Estudio porque a mi edad no sé que otra cosa se puede hacer si no formarme para el futuro.

     Cuando nuestros abuelos y bisabuelos tenían siete u ocho años ayudaban a sus padres en las labores del campo, en los negocios familiares, etc., pero eso ha cambiado porque nuestros padres tienen otros tipos de trabajos que no son como los oficios que, hace años, pasaban de padres a hijos. También ha mejorado la calidad de vida y, como consecuencia, ya no es necesario que empecemos a trabajar tan jóvenes, por lo que se ha alargado el tiempo de la educación obligatoria. En la época de nuestros padres la enseñanza básica obligatoria era hasta los catorce años y, ahora, es hasta los dieciséis.

     Entre mi formación considero que está el obtener el título de bachillerato para poder acceder a otro tipo de estudios superiores, para poder tener un trabajo en el futuro y, así, mi propia vida.

     Pero no sólo estudio para poder tener un trabajo, sino también porque el estudio me proporciona conocimientos para poder entenderme  mejor con personas diferentes y entender mejor el mundo que me rodea. Los recortes que está haciendo este gobierno en la educación pública me están haciendo comprender por qué tengo que esforzarme en estudiar, porque no sólo son recortes económicos, son recortes de pensamiento. Estos señores no quieren que los hijos de los trabajadores tengamos demasiados estudios porque así nos manipulan mejor y nos imponen "la filosofía de aguantar", mientras sus hijos van a las mejores universidades y se preparan para formar la élite que, en el futuro, seguirá teniendo el poder. A estas personas nos les interesa la educación pública porque su ideología y sus intereses van en contra de la igualdad de oportunidades y del reparto de la riqueza. Por ello, también quiero estudiar, para que no me manipulen y ser más libre. 

     A ESTE PASO CONSEGUIRÁN UNA "V DE VENDETTA".

LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA

     Siempre me he preguntado por qué hacen tanto ruido los medios de comunicación cuando a alguien se le ocurre hablar del tema de la independencia de Cataluña o del País Vasco. A lo largo de la historia de los imperios y de las naciones, las fronteras han sufrido muchos cambios tendiendo, unas veces, a la unificación y, otras, a la disgregación. 

     La estructura territorial actual del Estado español está reconocida en la Constitución de 1978 y fue el resultado del reconocimiento de las diferencias de cultura, lengua, costumbres, etc., existentes en algunas zonas del país (País Vasco, Cataluña y Galicia), como consecuencia de la historia pasada de la Península Ibérica, sobre todo de la formación de los primeros reinos peninsulares que tuvo lugar después del desmembramiento del Imperio Romano, cuando en las zonas montañosas de la Cordillera Cantábrica se refugió una población insumisa a la conquista musulmana (reino de Asturias, reino de León, reino de Castilla y Marca Hispánica en los Pirineos). Pero el reconocimiento de las diferencias territoriales en nuestra Constitución también  fue el resultado del diálogo entre los políticos que realizaron ese proceso. Por ello, no me gustan las posturas radicales que quieren callar las diferencias y el derecho de alguien a decidir lo que le  conviene.

     De todas formas, creo que el ruido independentista en Cataluña, en el inicio, más tenía que ver con una casta poderosa a la que le convenía atizar la discordia para tapar los recortes que con el deseo real de los catalanes. Pero como dice el refrán, "de tanto ir el cántaro a la fuente, al final se rompe", y con la crisis y el airear tanto las supuestas diferencias entre catalanes y españoles en los medios de comunicación, al final todos nos sentiremos incómodos y no sería raro que los catalanes dijesen "adiós" a España y, si eso ocurriese, espero que se haga de forma civilizada. De hecho, en las últimas encuestas realizadas, es un partido independentista el que gana votos en Cataluña y deberíamos preguntarnos "¿por qué?; tal vez porque la gente, como está harta de tanta mentira, se radicaliza en un intento de decir "¡basta ya!, aunque eso suponga que nos dividan y nos venzan.




domingo, 9 de junio de 2013

Filofoto

¿ Es España una RUINA ?
                                             

viernes, 7 de junio de 2013

CRÍTICA A LA CLASE DE ÉTICA

     Me parece muy buena e interesante la asignatura de ética de este curso por los siguientes motivos:

     En primer lugar porque en ella aprendemos valores morales que nos ayudan a relacionarnos con los demás y a vivir en sociedad de forma pacífica y más solidaria. Pero, además, esos valores los aprendemos con humor, lo que hace que las clases sean muy amenas y que, así, aprendamos los conceptos mejor. En relación con esto último pongo un ejemplo: cuando un alumno dice alguna tontería en clase, el profesor le responde con alguna gracia o chiste.

     En segundo lugar, considero que la actitud del profesor es muy buena porque cuando un alumno se porta inadecuadamente le regaña de forma considerada, sacándole al pasillo y hablando con él para que razone, y luego continúa la clase con toda normalidad, como si nada hubiese ocurrido. El profesor llega siempre muy puntual a las clases y cuando un alumno llega tarde simplemente le pone una falta y le hace borrar la pizarra, con tono gracioso, pero sin regañarle. Me parece muy bien que el profesor nos obligue a saludarle simpre que nos encontremos con él, ya sea dentro o fuera del instituto, porque, aunque sólo tengamos una relación de profesor y alumno, no personal, es una forma de aprender a comportarnos de forma adecuada y educada con los demás.

     En tercer lugar, considero muy positivo que el profesor nos permita sacar los apuntes de ética en los exámenes porque, de esta forma, nos obliga a pensar y no son tan teóricos como en otras asignaturas, aunque esto para mí resulte extraño porque nunca me ha ocurrido en otras materias. También me resulta extraño que, en lugar de leer libros, veamos películas, aunque a mí me guste más el cine que la lectura.

    Por último, si tuviera que poner alguna pega a las clases de ética es que el profesor dicta muy rápido los contenidos y a mí no siempre me da tiempo a tomar los apuntes.

viernes, 26 de abril de 2013

LA FELICIDAD

     Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua la definición de felicidad es satisfacción, gusto y contento. De esta definición se deduce que la felicidad es un sentimiento interno, un estado de ánimo positivo buscado desde siempre por los seres humanos, es decir, algo subjetivo. Lo que habría que preguntarse es si ese sentimiento interno tiene algo que ver con causas externas u objetivas.

     Yo creo que la felicidad sin ciertos bienes materiales es inalcanzale. Dudo mucho que las personas que no tienen cubiertas las necesidades básicas de comida o vivienda sean realmente felices. Sólo hace falta observar, en algún telediario, las caras de deseperación de las personas que ocupan los campos de refugiados, desplazados de sus casas y de sus países, o los rostros de tristeza de quienes pasan hambre o, simplemente, el rostro de cualquier indigente al que veamos por la calle. También es curioso observar como otros seres humanos acaparan riquezas y poder sin límites, creo que en un intento desesperado por alcanzar la felicidad, aunque de una forma tan egoista e insolidaria que, tal vez, les provoque disgustos y arrugas prematuras en la frente ocasionadas por un exceso de tensión al pensar en ese refrán que dice: "Todo ladrón piensa que los demás son de su condición". Ya lo decía Aristóteles: "En el término medio está la virtud".

     De todas formas, creo que la felicidad depende de otros factores como la educación que nos hayan dado desde que somos niños, aprendiendo a tolerar la fustración y a adaptarnos a lo que tenemos, a no perseguir metas inalcanzables, a conocernos y a respetarnos a nosotros mismos y a los demas, a ser solidarios, a no ser tan competitivos y a no mirarnos en lo que es el otro, etc... El ser feliz o el estar feliz también depende de las experiencias anteriores que hemos tenido, de si hemos sufrido poco o mucho, de nuestra personalidad y hasta de nuestras costumbres en cuanto al descanso.

viernes, 22 de febrero de 2013

LA SOLIDARIDAD

     Cuando Mario perdió el trabajo en la fábrica empezaron las preocupaciones: ¿cómo se lo iba a decir a sus padres o a su mujer? El se había portado muy bien en el trabajo y no podía entender por qué a sus compañeros y a él podían despedirlos del trabajo.

     Hasta entonces en su casa vivían muy bien: tenían un buen coche, salían a comer todos los domingos y, en las vacaciones de verano, hacían viajes interesantes por otros países. Pero ahora todo eso se iba a acabar. Menos mal que su mujer, Carmen, aún conservaba su trabajo en la tienda de electrodomésticos y, aunque no ganaba demasiado dinero, lo que ganaba era suficiente para pagar la letra de la casa en la que vivían, los recibos de la luz y hacer la compra de la comida diaria. Sus hijos, María y Eduardo, comprendieron que ya no podrían celebrar los cumpleaños fuera de casa como hasta ahora, ni ir al cine los fines de semana, ni comer "los chuches" a diario. 

     El problema más serio surgió cuando a Carmen también la echaron del trabajo porque la tienda de electrodomésticos donde trabajaba tuvo que cerrar: no vendían tantos electrodomésticos como antes porque a otras muchas otras personas también les habían despedido del trabajo. Ya no tenían dinero para pagar la letra mensual del piso, para pagar el agua o la luz; tampoco para pagar la compra de la comida. Gracias a los vecinos comían a diario decentemente: su vecina Luisa les pasaba unas patatas guisadas, su vecino Andres les daba unos huevos, etc...

     Cuando el banco les dijo que tenían que abandonar la casa en la que vivían porque ya no la podían pagar creyeron morirse. ¿Podrían ellos convertirse en "personas sin techo"? El día en que el juez y la policía vinieron a desalojarlos de la casa se encontraron con que el vecindario y otra multitud de personas desconocidas cortaban la calle, y se quedaron con la boca abierta. La policía no podía avanzar y tuvo que retroceder ante el miedo a que se originara un conflicto. 

     Así se demostró lo que la unidad y la solidaridad de las personas es capaz de conseguir: detener la injusticia sin necesidad de violencia. Es como si un oso hormiguero, egoista y tragon, hubiera querido absorver un hormiguero completo de una vez: o suelta a las hormigas o se le obstruyen las vían respiratorias y se ahoga.

viernes, 1 de febrero de 2013

Respetar otras culturas

¿HAY QUE RESPETAR TODAS LAS CULTURAS? ¿SÍ O NO?


     En general, desde el punto de vista del desarrollo de la civilización humana, sí debemos respetar a aquellas personas que tienen una forma de pensar diferente a la nuestra porque, para que ese desarrollo se haya producido, ha sido fundamental el intercambio entre pueblos y culturas. Por ejemplo, lo que hoy somos los habitantes de la Península Ibérica es el resultado de la mezcla y el contacto con otras culturas. Primero, fueron los pueblos indoeuropeos, procedentes de las grandes llanuras de Europa, los que se mezclaron con los pueblos ya existentes. Después, fenicios, griegos, cartagineneses, godos, romanos y árabes enriquecieron nuestra lengua, nuestros cultivos, nuestra tecnología y nuestro saber. Por ello, el respeto a otras culturas es el respeto a nosotros mismos como seres humanos, resultado de la evolución de otros seres humanos.

     El problema surge cuando observamos a otras culturas desde el punto de vista de nuestra educación y nuestra conciencia moral, es decir, desde lo que tenemos aprendido como "el bien" o "el mal". Por ejemplo, si, desde nuestro punto de vista, pensamos en los inuits cuando abandonaban a los ancianos o a los niños a su suerte, diremos que estaban cometiendo un asesinato. Sin embargo, esta práctica que parece un disparate tiene una explicación lógica: si no abandonaban a los individuos más débiles el resto de la familia podía morir de hambre y de frío.

     En otros casos la explicación no es tan lógica porque hay costumbres que son utilizadas por grupos poderosos o por las clases dominantes de una sociedad para mantener el poder, ejercer la barbarie y la discriminación. Por ejemplo, es el caso del sometimiento de los negros a los blancos, la ablación del clítoris de las mujeres, el tapar a las mujeres bajo el burka, etc...  Y respetar estas costumbres no es respetar a otras culturas, es tolerar la violación de los derechos humanos. Para que esto no se produzca es necesario que los países desarrollados ayuden a los países donde se dan estas costumbres a desarrollarse para que todos sus ciudadanos tengan unas buenas condiciones de vida y una educación adecuada, única forma para evitar ser manipulados, y elaborar leyes internacionales que castiguen a los gobernantes que permitan estas situaciones.